La anciana que vivía en una granja observó que su gallo cantaba siempre a la misma hora, minutos antes de comenzar el día; pensó entonces que era el canto de su gallo el que producía la salida del sol.
Los vecinos molestos por el canto, protestaron. La anciana decidió entonces irse a vivir a otro pueblo llevándose el gallo.
La primera madrugada en su nuevo hogar fue igual que siempre: el gallo cantó y el sol comenzó a elevarse sobre el horizonte. Poco a poco la claridad invadió el lugar.
La mujer pensó:
- "Lo lamento por la gente del otro pueblo a quienes dejé a oscuras para siempre".
Le extrañó que nunca la hubieran llamado para que regresara.
La anciana y su gallo
Etiquetas: Cuentos
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