Trabajar con el corazón

A un albañil, ya mayor, le llegó el momento de su jubilación.

Así que fue a ver a su jefe con el que había trabajado durante muchos años, y le comentó sus planes de dejar el negocio de la construcción para llevar una vida más placentera con su esposa y poder disfrutar de su familia y su jubilación.

El jefe sentía ver que su buen empleado dejaba la compañía y así se lo dijo, pidiéndole, como favor personal, que construyera una última casa. El albañil accedió, pero su mente y su corazón ya no estaban allí, así que utilizaba materiales de inferior calidad, no estaba atento a lo que hacía y su trabajo dejaba mucho que desear. Era una desafortunada forma de acabar su carrera.

Cuando el albañil finalmente acabó la construcción, su jefe fue a inspeccionar la casa, y al finalizar la visita, cogió las llaves de la puerta principal y las tendió al albañil:

- Tu última casa... este es mi regalo para ti.

1 comentario:

Pedro J. Sabalete Gil dijo...

Remanso de sabiduría este blog.

Me anima, ni que decir...Mañana tengo auditoria y estoy un poco cascado laboralmente. Así que vine aquí a ponerme las pilas.

Te reitero que este blog de cuentos es una excelencia de la blogosfera. Tienes un exquisito gusto.

Saludos, amigo.

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