Un santo sufí partió en peregrinación a La Meca. Al llegar a las inmediaciones de la ciudad, se tendió junto al camino, agotado del viaje. Y apenas se había dormido cuando se vio bruscamente despertado por un airado peregrino:
- "¡En este momento en que todos los creyentes inclinan su cabeza hacia La Meca, se te ocurre a ti apuntar con tus pies hacia el sagrado lugar ... ! ¿Qué clase de musulmán eres tú?"
El sufí no se movió; se limitó a abrir los ojos y a decir:
- "Hermano, ¿querrías hacerme el favor de colocar mis pies de manera que no apunten hacia el Señor?"
Anthony de Mello
La oración
Etiquetas: Cuentos
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