Cierto día, un sabio visitó el infierno. Allí, vio a mucha gente sentada en torno a una mesa ricamente servida. Estaba llena de alimentos, a cual más apetitoso y exquisito. Sin embargo, todos los comensales tenían cara de hambrientos y el gesto demacrado: Tenían que comer con palillos; pero no podían, porque eran unos palillos tan largos como un remo. Por eso, por más que estiraban su brazo, nunca conseguían llevarse nada a la boca.
Impresionado, el sabio salió del infierno y subió al cielo. Con gran asombro, vio que también allí había una mesa llena de comensales y con iguales manjares. En este caso, sin embargo, nadie tenía la cara desencajada; todos los presentes lucían un semblante alegre; respiraban salud y bienestar por los cuatro costados. Y es que, allí, en el cielo, cada cual se preocupaba de alimentar con los largos palillos al que tenía enfrente.
Leyenda china
Los palillos
Etiquetas: Amistad, Comunicación, Crecimiento personal, Cuentos, Felicidad, Generosidad, Paz, Reflexión, Sentimientos, Vida
2 comentarios:
Mil gracias; me ha gustado la enseñanza :))))
Conxita
Agradezco inmensamente. Muy útil para reflexionar y hacer reflexionar.
Publicar un comentario
¡Muchas gracias por tu visita y por tus comentarios!