Belleza para vivir

Una mañana llegó a las puertas de la ciudad un mercader árabe y allí se encontró con un pordiosero medio muerto de hambre. Sintió pena por él y le socorrió dándole dos monedas de cobre.

Horas más tarde, los dos hombres volvieron a coincidir cerca del mercado:

- “¿Qué has hecho con las monedas que te he dado?”, preguntó el mercader.

- “Con una de ellas me he comprado pan, para tener de qué vivir; con la otra me he comprado una rosa, para tener por qué vivir…”

4 comentarios:

Unknown dijo...

Hermoso ♥

Unknown dijo...

concreto

MAMEN dijo...

Me ha encantado, no sólo porque introduce la importancia de lo no material, también porque lo equipara... Gracias, por los cuentos!

Jose Luis Perez dijo...

La belleza es efímera, pero nos gusta rodearnos de ella. Si no, entonces porqué acudimos a centros de belleza.
Micropigmentacion Sevilla

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