En cierta ocasión se quejaba un discípulo a su Maestro:
«Siempre nos cuentas historias, pero nunca nos revelas su significado»
El Maestro le replicó:
«¿Te gustaría que alguien te ofreciera fruta y la masticara antes de dártela?»
Se vende agua del río
Aquel día, el sermón del Maestro se redujo a una sola y enigmática sentencia.
Se limitó a sonreír con ironía y a decir:
- "Todo lo que yo hago aquí es estar sentado en la orilla y vender agua del río."
1 comentario:
Mmmm, no lo entendí...
Seguramente mi corazón lo hará en algún momento
Gracias!
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