En cierta ocasión se quejaba un discípulo a su Maestro:
«Siempre nos cuentas historias, pero nunca nos revelas su significado»
El Maestro le replicó:
«¿Te gustaría que alguien te ofreciera fruta y la masticara antes de dártela?»
La celda
El discípulo quería un sabio consejo.
- "Ve, siéntate en tu celda, y tu celda te enseñará la sabiduría", le dijo el Maestro.
- "Pero si yo no tengo ninguna celda... si yo no soy monje."
- "Naturalmente que tienes una celda. Mira dentro de tí."
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